MEDICINA ALTERNATIVA
Mascotas terapeutas
Los animales domésticos mejoran la respuesta al estrés y su
compañía se usa como tratamiento contra determinadas
enfermedades
MYRIAM LOPEZ BLANCO
Las mejores medicinas no siempre vienen en forma de cápsulas o de
inyecciones, sino que a veces tienen cuatro patas y son muy peludas. Los
científicos han demostrado que si se está atravesando una situación estresante
el mejor remedio es buscar consuelo en los animales de compañía. Estas mascotas,
que nunca juzgan a su amo y le quieren de manera incondicional, pueden ser igual
de eficaces, o más, a la hora de bajar la presión arterial que los familiares y
amigos con los que se convive. En Medicina se han convertido en eficientes
coterapeutas capaces de ayudar a los enfermos convalecientes por el mero hecho
de estar presentes. Como en una película de dibujos animados, incontables perros
y gatos han estado participando en los últimos años en programas especiales para
devolver la sonrisa a los deprimidos, calmar a los violentos o fortalecer a los
enfermos. Han servido a niños autistas, a personas con cardiopatías, a enfermos
de sida y, en general, a marginados por la edad, la enfermedad, la Justicia o la
soledad.
La primera vez que se utilizaron animales domésticos como coterapeutas -que
se sepa- fue en 1792 en Inglaterra. El médico pionero fue William Tuke, que los
empleó para mejorar las condiciones infrahumanas que existían en los manicomios
de la época y para enseñar autocontrol a los pacientes.
La siguiente ocasión fue en Bethel, un centro para epilépticos fundado en
1867 en Bielefeld, Alemania (todavía hoy existe este protocolo terapéutico). En
1944, la Cruz Roja Americana organizó, en el Centro para Convalecientes del
Ejército del Aire, en Nueva York, el primer programa que ponía en contacto a los
animales con los pacientes. No se describió otra experiencia similar hasta los
años 60, con el psiquiatra estadounidense Boris Levinson.
Gingles y Levinson
Levinson fue el primero en demostrar los efectos beneficiosos de tener un
animal en su consulta mientras atendía a un niño. A principios de los años 60,
relató las experiencias vividas junto a su perro Gingles y pacientes
introvertidos que perdían todas sus inhibiciones y miedos gracias a la presencia
del perro. Gingles hacía de catalizador, favoreciendo la comunicación entre el
psiquiatra y los pequeños. "El animal resulta ser algo mágico que estimula al
niño", escribió este psicoanalista en un libro de 1969 que reeditó en 1995 la Fundación Purina con
el título: Psicoterapia Infantil Asistida por Animales.
A partir de los 60, empiezan a realizarse numerosas investigaciones sobre la
influencia de los animales de compañía en la salud humana. Desde entonces, se
han encontrado beneficios en el aspecto físico (reducción de la presión
arterial, fortalecimiento de los músculos, recuperación de los enfermos
cardiacos), en el mental (disminuye la ansiedad y el estrés, mejora el estado de
ánimo) y en el social (facilita la interacción con otras personas, estimula el
diálogo).
Tras una búsqueda en el MEDLINE,
aparecen múltiples estudios científicos -publicados en revistas como el JAMA,
Journal of Children Adolescent Psychiatry Nursing, Journal of Gerontology
Nursing, Journal of Psychosomatic Medicine, Neuropsychologia, etcétera- que
demuestran que la Terapia Asistida por Animales es ya una ciencia.
Los animales terapeutas pueden pertenecen al hospital, al centro geriátrico o
a personas voluntarias que están dispuestas a visitar y compartir sus perros y
gatos con los enfermos. "El perro es el animal ideal, porque es más dependiente
del ser humano y llega a aprender y a obedecer", dice Mª Dolors Torner,
directora de la Fundación Purina, que patrocina los programas de terapia con
animales que se realizan en España. Sin embargo, también son útiles otros
animales dóciles de compañía como gatos, canarios, tortugas, conejos e incluso
peces.
"Cada jueves viajo a un centro geriátrico con cinco gatos. Nos reunimos en la
sala de recreación y hay noches en las que acuden hasta 10 ó 15 residentes",
dice un voluntario que participa en uno de los múltiples programas de visitación
con animales que se realizan en EEUU. "Además, los gatos proporcionan una
terapia física eficaz. Sostenerlos y acariciarlos puede ayudar a la persona a
ganar control muscular. También ayudan a superar bloqueos psicológicos o
emocionales".
En España se llevan a cabo experiencias similares. Una de las investigaciones
pioneras en este campo fue la realizada por la Universidad de las Islas Baleares, con
ayuda de la Fundación Purina, en la que se evaluó el impacto de los animales de
compañía en la salud mental y en la calidad de vida de un grupo de personas de
edad avanzada.
Los autores del trabajo observaron una disminución de la ansiedad y de la
depresión y un aumento del bienestar y de la vitalidad de los participantes.
La Fundación Purina tiene varios programas de terapia en funcionamiento por
toda España. "Le hemos entregado una pareja de perros labradores a un centro del
grupo Nuevo Futuro, en Madrid, que tiene hogares para gente marginada. También
estamos promoviendo adopciones de animales con voluntarios de Adena y de la Bolsa de Adopciones de Madrid (BAM).
Hay cursos de Formación ocupacional para que las personas con discapacidades
leves aprendan a cuidar a los perros y hagan de canguros", cuenta la señora
Torner.
Esta fundación también promueve la terapia para niños autistas o con otros
problemas de comportamiento como la timidez patológica. Los animales no pueden
curar a un niño autista, pero se ha visto que pueden mejorar la interacción
social de estos pequeños.
Los reclusos de la Prisión de Cartagena también han recibido animales para
mejorar su vida y aplacar su violencia. Como guiados por el mismo sentimiento
que el personaje de Burt Lancaster en la película El hombre de Alcatraz, los
internos de esta cárcel murciana llenaron la prisión de pájaros. La iniciativa
partió de ellos, construyeron aviarios y la Fundación Purina les mandó un
cargamento de canarios.
Esta fundación envió perros bóxer a la prisión de Murcia y también al centro
psiquiátrico de Brians y a la cárcel de Cuatre Camins, en Cataluña. "Cada
interno tiene un plan de trabajo de rehabilitación y el propio médico le receta,
como parte del tratamiento, que atienda a los perros", dice Torner. "Los perros
están allí, formando parte del grupo, y dan un aire de normalidad".
Los bóxer introducidos en el Departamento de Psiquiatría de Brians han
reducido los expedientes disciplinarios de los internos que están más unidos a
los perros.
Animales y música
La doctora Karen Allen de la Universidad de Buffalo, Nueva York -que
investiga los efectos fisiológicos de los animales domésticos y de la música en
los humanos, sobre todo en la presión sanguínea y el estrés- ha demostrado que
los animales de compañía pueden mejorar incluso las relaciones de pareja.
Aunque, en algunas situaciones, según la doctora Allen, es mejor la compañía
del perro o del gato que la de los familiares, de la pareja o de los mejores
amigos.
Allen vio que cuando se les pedía a los participantes que realizaran tareas
evaluativas, como dar una charla o hacer cálculos aritméticos, su presión
arterial se disparaba si quien les acompañaba era su pareja. Sin embargo,
permanecía inalterada cuando les acompañaba su perro o su gato.
"Creemos que este efecto se debe a que los animales no emiten juicios, como
las personas", declaró a EL MUNDO esta especialista. "Pero para obtener este
beneficio hay que estar unido al animal, quererlo, y no tenerlo en casa como un
adorno".
Otro estudio de Karen Allen ha demostrado que las mujeres solitarias de edad
avanzada obtienen de una mascota beneficios muy similares a los que se tienen
con la compañía humana. "Encontramos que los animales de compañía podían
sustituir el apoyo social en las mujeres que aseguraban no tener a nadie a quien
contarle sus problemas", dice Allen. Estas personas mostraron una presión
sistólica 20 milímetros por debajo, como media, que las mujeres que no tenían
una mascota y vivían en las mismas condiciones.
"También vimos que en las que tenían animales y también algunas relaciones
sociales, las medidas de presión sanguínea eran iguales que las registradas en
las jovencitas con familia y amigos", añade Allen. Sin embargo, en las jóvenes
solitarias el efecto benefactor del animal de compañía no resultó ser muy
significativo.
No se sabe si hay un animal más eficaz que otro a la hora de mejorar la salud
de su dueño, aunque Allen está ahora siguiendo de cerca a los dueños de perros y
gatos y comparando sus comportamientos.
Mascotas para pacientes con sida
"No importa qué clase de animal tenga, deshágase de él". Esta era la frase
típica con la que el médico despachaba a los pacientes que sufrían alguna
enfermedad inmune y confesaban tener una mascota en casa. Hay más de 200
enfermedades que pueden ser transmitidas por los animales domésticos (las
llamadas zoonosis), pero cada vez hay más información al respecto y, si se
siguen las precauciones adecuadas, no hay por qué privarse de la valiosa
compañía de un animal doméstico. Se ha visto que las personas que sufren sida u
otras enfermedades autoinmunes tienen que enfrentarse a menudo a situaciones de
aislamiento, rechazo o falta de propósitos. Para estos individuos, un animal de
compañía puede ser fundamental. Pero están constantemente amenazados por las
infecciones oportunistas que pueden acarrearles. He aquí una serie de consejos
que los pacientes han de seguir para reducir el riesgo de transmisiones:
1.- Lávese las manos frecuentemente, sobre todo antes de comer o
atender las heridas.
2.- Tenga su animal y su zona (comederos, etcétera) limpios.
3.- Si hay riesgo de alergias, mantenga corto el pelo de su perro o
gato.
4.- Coloque la caja de su gato fuera de la cocina. No la ponga cerca
de un lugar cálido y seco, como un radiador, y cámbiela diariamente.
5.- No deje que su gato entre en contacto con las superficies de la
cocina donde suele haber comida. Si esto no es posible, límpielas con un
desinfectante suave.
6.- Evite el contacto con los fluidos del cuerpo del animal (orina,
heces, vómitos, saliva). Debería colocarse guantes para limpiarlos o hacer que
otra persona los limpie.
7.- Vigile que las uñas del animal estén cortas (pregunte a un
especialista cómo hacerlo).
8.- No deje que le lama la cara o una herida.
9.- Las mordeduras deberían ser atendidas inmediatamente.
10.- Llévelo al veterinario al menos una vez el año y téngalo
vacunado.
11.- Utilice sólo comida preparada para animales.
12.- No deje que su perro entre en contacto con las heces de otros
animales. Si es posible, impida que se acerquen otros animales al suyo, a no ser
que usted sepa que están vacunados, y que, como el suyo, dan negativo en el test
de leucemia felina y VIF (Virus de la Inmunodeficiencia Felina).
13.- Lleve a su perro atado y no deje que rebusque en la basura.
Delfines: ecógrafos vivientes
Muchas personas que trabajan con delfines dicen que estos animales tienen la
habilidad de detectar áreas de discapacidad o de trauma físico en los humanos.
¿Cómo pueden hacerlo? Los científicos que participan en la investigación médica
asistida por delfines creen que estos animales tienen un sónar natural, es
decir, que son como ecógrafos vivientes que emiten ondas sonoras que podrían
estar asociadas a su sensibilidad. Desde 1989, la Fundación AquaThought, con sede en
Florida, está investigando los cambios psico, neuro e inmunológicos que le
ocurren a una persona cuando interacciona con un delfín. Se han hecho
electroencefalogramas y se han detectado cambios cerebrales mientras se está en
el agua con estos animales, pero falta más investigación para dilucidar cuáles
son los procesos neurológicos que entran en juego. Existe la hipótesis de que
nadar con un delfín refuerza el sistema inmune de la persona, afecta al ciclo de
producción-recaptación de los neurotransmisores y afecta a todo el sistema
hormonal. Se cree que esto se debe a los cambios sono-químicos (producidos por
las ondas que emite el animal) que ocurren en las membranas celulares. Los
delfines se han utilizado para ayudar a niños discapacitados y con alteraciones
psicológicas como el autismo, el síndrome de Down o la parálisis cerebral. En el
futuro la delfinoterapia se convertirá en un proceso mecánico. Las ondas sonoras
aplicadas por el delfín entrenado serán sustituidas por generadores portátiles
de ultrasonidos unidos a monitores.
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